Plegado
¿Cómo plegar y guardar las velas?
Para plegar las velas correctamente es recomendable ser al menos dos personas y disponer de una superficie suficientemente grande, lisa y limpia.
Extended la vela y extraed todos los sables, en el caso de que sean extraíbles. Colocaros uno de vosotros en el puño de escota y el otro por el puño de amura.
Se tienen que hacer pliegues paralelos al pujamen y en forma de acordeón de una anchura de unos 60 a 80 cm.
No hagáis los pliegues siempre por el mismo sitio porque a la larga las fibras se deteriorarían por éstos. Posteriormente, enrollad la vela desde el puño de amura hacia el puño de escota.
Es importante no apretar los pliegues ni la vela para que ésta pueda airearse.
Cuando no vayas a navegar durante un largo periodo de tiempo, es altamente recomendable desmontar las velas del barco procurando plegarlas secas y guardadas en su bolsa. Si no la guardas en el barco, hazlo en un local seco y bien aireado. No dejes la vela directamente en el suelo si hay riesgo de humedad. Evita además guardarlas sobre estanterías metálicas o en contacto con partes metálicas que podrían dejar manchas de óxido en el tejido.
Aquí podéis observar un ejemplo, ya que como bien se dice, una imagen vale más que mil palabras:
Limpieza de la vela
Es conveniente enjuagar las velas de vez en cuando para quitar los cristales de sal y la suciedad que aún no se ha fijado. La sal en sí no es perjudicial para la vela pero sus cristales resultan a la larga abrasivos.
Además absorben la humedad del ambiente impidiendo que la vela se seque correctamente. Periódicamente y cuando las condiciones de viento en el puerto sean nulas, aprovecha para desenrollarlas a y desalarlas con una manguera. Déjalo secar antes de volver a enrollarlo. Para lavar una vela deberás hacerlo sobre una superficie lisa y limpia.
Puedes utilizar un detergente suave y agua abundante. Para frotar debes utilizar un cepillo duro y utilizado con cuidado al pasar por las costuras. Si utilizas un sistema de agua a alta presión, no lo acerques excesivamente al material de la vela ni a las costuras.
Una vez la vela bien enjuagada deberás secarla suspendida de tal forma que no toque el suelo ni ninguna zona que pueda volver a ensuciarla.
Reparación de la vela
Tendrás que reparar a tiempo las pequeñas rasgadas o descosidos que puedan aparecer en tus velas antes de que se conviertan en problemas más serios. Hablamos, eso sí, de reparaciones de mantenimiento. Estas reparaciones las debería efectuar un profesional para que sean definitivas.